La propiedad sobre un proceso productivo o la cercanía a los consumidores y las fuentes de capital ya no implican una ventaja diferencial significativa. El compromiso del factor humano más capacitado para con la organización tampoco suele durar tanto como antes, y más bien está a disposición del mejor postor. En definitiva, las barreras de entrada que solían proteger a muchas industrias y sectores ya no existen o son insignificantes.
Estos cambios en las condiciones del entorno han trasladado el foco de la verdadera ventaja competitiva a las capacidades de la estructura organizacional. Es decir, la forma particular en la que esta es capaz de conseguir sus objetivos estratégicos. Esas capacidades básicas (ventajas de diferenciación, ventajas en costes y/o ventajas de márketing) deben combinarse con la habilidad de adaptación a los cambios en el entorno competitivo, las necesarias alteraciones en la estrategia y la inevitable pérdida de personal clave.
El diseño organizacional
El diseño organizacional es el proceso de construir y ajustar la estructura de la organización para conseguir sus objetivos. El proceso, que parte de las metas que tiene la empresa, convierte estas en tareas que, a su vez, sirven de base para la definición de los puestos de trabajo. Los puestos de trabajo se conectan para formar departamentos, y estos se enlazan para formar la estructura organizacional. El diseño organizacional es el vehículo mediante el cual se ejecuta la estrategia empresarial, y, por tanto, debe ser considerado como una actividad crítica para el establecimiento del marco referencial, a través del cual la empresa servirá a sus clientes y se interrelacionará con el mercado. Por este motivo, los altos directivos tienen la responsabilidad de comprender de forma profunda y sistemática los conceptos y habilidades involucrados en el diseño de sus organizaciones.
Y es que, cuando el proceso se lleva a cabo de forma efectiva, tiene el potencial de facilitar las actividades de la empresa, incentivar la innovación y el talento y proporcionar claridad a los grupos de interés (stakeholders). Ahora, también deben comprender que un diseño organizacional realmente efectivo es un proceso continuo y permanente dentro de la empresa. La característica dinámica y cambiante del entorno competitivo requiere constantes cambios en la estrategia y, por ende, las revisiones pertinentes del diseño organizacional y de los modelos de negocio.
Hoy en día, la mayoría de las organizaciones se están viendo sujetas a presiones internas y externas que les crean la necesidad de mejorar su diseño organizacional. Estos condicionantes actúan como factores motivacionales.
Presiones internas:
• Cambios organizacionales provocados por procesos de integración (fusiones, adquisiciones o asociaciones estratégicas) o bien por procesos de desinversión y desintegración.
• Desarrollo del negocio por crecimiento en las líneas de producto y/o servicios o por expansión geográfica.
• Cambios en la cúpula de la organización.
• Detección de deficiencias en los resultados.
Presiones externas:
• Presiones por la mejora en el desempeño y la reducción de costes, motivadas por la reducción en los márgenes comerciales.
• Cambios en las regulaciones.
• La necesidad en la búsqueda de la innovación.
• Cambios en los requerimientos de los clientes y las especificaciones de los proveedores.
• Cambios en los entornos competitivos domésticos e internacionales.
Organizaciones de industrias tan diversas como las telecomunicaciones, los servicios financieros, la distribución y la prestación de servicios de salud, entre muchas otras, han encontrado en el diseño organizacional una herramienta de incalculable valor para mejorar su desempeño.
Lo que hay que cuestionarse
Las preguntas clave que los directivos necesitan responder para realizar un apropiado diseño de su estructura organizacional son las siguientes:
1. ¿En qué grado están subdivididas las tareas en distintos trabajos?
2. ¿Sobre qué fundamento se agruparán juntos los trabajos?
3. ¿A quién deben responder los individuos y los grupos?
4. ¿Cuántos individuos puede un directivo gestionar de forma efectiva y eficiente?
5. ¿Dónde recae la autoridad para la toma de decisiones?
6. ¿Hasta qué nivel habrá reglas y regulaciones para dirigir a empleados y directivos?
Las respuestas a estas preguntas son los elementos que los líderes de una empresa necesitan considerar cuando emprenden el diseño de la estructura organizacional.
El proceso de diseño de organización
Las empresas con una clara estructura organizacional se benefician al tener establecida la cantidad de recurso humano que requieren para poder llevar a cabo sus funciones, tener delimitadas las responsabilidades y los responsables de cada área o proceso, así como sus superiores y lograr que la empresa sea más eficiente y más productiva cumpliendo con los objetivos de la misma.
Para realizar un diseño de la estructura organizacional se debe tener en cuenta:
1. La estrategia organizacional: Analiza y visualiza que la estrategia y objetivos organizacionales se encuentren ligados a las necesidades del mercado o los cambios que atraviese la empresa
2. El modelo de estructura organizacional: Cada vez es más común ver que las empresas apuestan por un modelo de estructura organizacional procesal (el qué hacer lo define el proceso y se distribuye a través de la integración de los conocimientos de los grupos) en lugar de la tradicional estructura organizacional funcional (el qué hacer lo define la estructura jerárquica y se distribuye en área de especialización)
3. Los perfiles de puesto: Valida que los perfiles de puesto respondan a las nuevas necesidades de la estructura organizacional y que la definición de las responsabilidades, las funciones y las competencias estén definidas en consecución del cumplimiento de la estrategia organizacional
4. El recurso humano: Se deben tomar en cuenta los factores como el crecimiento o la reubicación de personal que puede traer consigo el diseño de una nueva estructura organizacional, con el fin de hacer un uso eficiente de los recursos y a la vez asegurar que estos cuenten con una adecuada carga
5. La comunicación: La estructura organizacional debe estar diseñada de forma tal que todos los colaboradores que requieran coordinación con otros departamentos o proceso puedan coordinar esfuerzos por medio de las líneas de comunicación.
Reglas básicas para el diseño organizacional
Naomi Stanford, experta en organización y diseño, sostiene que existen cinco reglas básicas para el diseño organizacional (Stanford, 2007):
1. Diseñar cuando exista una verdadera razón para ello. La autora defiende que diseñar sin una causa justificada implica enfrentarse a la dificultad de lograr el respaldo y compromiso de las personas. Una buena parte de la decisión de diseñar se basa en una fuerte argumentación que sea ampliamente aceptada. De lo contrario, el proceso fracasará.
2. Desarrollar opciones antes de tomar la decisión de diseñar. Para ello, las técnicas de simulación y desarrollo de escenarios pueden servir de ayuda en la consideración de diferentes opciones. Realizar un mapeo de los flujos de trabajo e identificar el impacto que sobre este tendrán diferentes situaciones y su marco contextual, servirá para definir si verdaderamente es necesario diseñar o si, por el contrario, otras medidas pueden ser más efectivas.
3. Escoger el momento adecuado para diseñar. En vista de que la organización tiene que seguir funcionando, escoger un momento propicio para diseñar es fundamental. Para que el proceso sea exitoso, la autora sugiere que se establezca una sensación de urgencia, que exista un grupo de personas con poder e influencia dentro de la organización para que la conduzcan durante el diseño y que se cree una visión de la organización rediseñada para que las personas se sientan parte de ella.
4. Buscar pistas de que las cosas están fuera de orden. Se trata de utilizar las medidas de control de resultados (si es que existen) para buscar pistas de que las cosas están desalineadas. Si estuviesen alineadas y, por tanto, funcionaran correctamente, no habría razón para emprender un proceso (que requiere muchos recursos) de diseño o rediseño de la organización.
5. Visión de futuro. El que las cosas estén actualmente alineadas no debe ser razón para descuidarse. Los continuos cambios en el contexto hacen necesaria una constante y cuidadosa evaluación del entorno. El trabajo sistemático de diseño organizacional implica la creación de una visión de la empresa en el futuro. Esto conlleva la evaluación de su estado actual y cómo acercarlo al estado deseado. Como se ha dicho, el proceso requiere la disposición de grandes recursos organizacionales. Por tanto, contar con un decidido apoyo de la Alta Dirección, así como con una disciplinada gestión del proyecto, es fundamental para llegar a buen puerto.
Procesos clave para el éxito del diseño organizacional
• Diferenciación
Es el proceso del diseño por el que se dividen las metas de la organización en tareas.
• Integración
Es el proceso del diseño por el que se conectan las tareas para formar la estructura que sirve de soporte a la consecución de esas metas. La estructura organizacional pretende aportar orden a través del establecimiento de relaciones y canales de comunicación. Una adecuada comprensión de los procesos clave del diseño y de la estructura organizacional ayuda a una mejor comprensión de la organización y, por extensión, de su entorno. (Toro, 2017)
Conceptos importantes de la estructura organizacional
1. El organigrama es la representación más visual de la estructura organizacional y de los componentes subyacentes
2. La mayoría de las organizaciones lo utilizan para mostrar las diferentes relaciones jerárquicas a través del sistema. Los componentes subyacentes del organigrama son:
a. Por un lado, las líneas formales de autoridad y responsabilidad. Se refieren a la designación de las relaciones jerárquicas por la manera en la que los puestos de trabajo y los departamentos están agrupados.
b. Por otro lado, los sistemas formales de integración, coordinación y comunicación. Hacen referencia a los patrones formales de interacción entre los empleados.
3. La diferenciación es el proceso por el cual se decide cómo dividir el trabajo dentro de una organización. El objetivo es que todas las tareas organizacionales esenciales estén asignadas a uno o más puestos de trabajo y que las mismas reciban la atención necesaria. Aunque se han considerado muchas dimensiones de la diferenciación en las organizaciones, las cuatro dimensiones de Lawrence y Lorsch son algunas de las más aceptadas. En su estudio, estos autores consideraron las siguientes dimensiones (Lawrence y Lorsch, 1965):
• Orientación al objetivo de la Dirección
• Orientación al tiempo
• Orientación interpersonal
• Formalidad de la estructura
La tabla 1: muestra cómo las diversas áreas funcionales de la organización tienen diferencias de orientación. La diferenciación puede ser horizontal, vertical y espacial.
Diferenciación horizontal
Se refiere al grado de diferenciación entre las subunidades de una organización, y se basa en la educación, entrenamiento o conocimiento especializado de sus empleados. Esta aumenta con la especialización y la departamentalización.
En el caso de las escuelas de negocios, la mayoría presenta una organización dividida en departamentos muy diferenciados: Dirección, Márketing, Finanzas, Gestión de operaciones, Contabilidad y Sistemas de información. Cada uno de estos departamentos está fuertemente especializado y concentra sus actividades en un campo específico del conocimiento. (Toro, 2017)
Diferenciación vertical
Es el otro tipo de diferenciación, y se refiere a la diferencia en autoridad y responsabilidad en la jerarquía organizacional. Evidentemente, las organizaciones con muchos niveles tienen mayor diferenciación vertical, mientras que las organizaciones planas tienen menos. La distancia en el organigrama entre el director general y un administrativo es un indicativo del grado de diferenciación vertical en la organización. La figura 2 ilustra la diferenciación vertical.
Al igual que muchas de las grandes empresas, la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos de varios países está muy diferenciada verticalmente. Correos es una sociedad anónima de capital cien por cien públicos, gestionada por tres órganos superiores de dirección: el Consejo de Administración, su Comisión Ejecutiva y el presidente. No obstante, a nivel territorial se estructura en catorce direcciones de zona. Además, el grupo cuenta con varias empresas filiales: Chrono Exprés, Correo Híbrido y Correos Telecom. Por ello, Correos es también un buen ejemplo de una organización con una diferenciación espacial cómo se muestra en la gráfica.
Diferenciación espacial
Es la dispersión geográfica de las oficinas, fábricas y personal de una organización. Aunque el incremento del nú-mero de oficinas aumenta la dificultad en el diseño organizacional, algunas veces es necesario para la consecución de las metas organizacionales. La diferenciación horizontal, vertical y espacial de una organización apunta a la cantidad de amplitud, altura y profundidad que necesita su estructura. Y aunque una organización esté altamente diferencia-da en alguna de estas dimensiones, no significa que deba estarlo en las otras dos. Volviendo al ejemplo del ambiente universitario, este se caracteriza por una gran diferenciación horizontal, y, sin embargo, tiene una relativamente baja diferenciación vertical y espacial. (Horton, 1991)
4. El nivel de complejidad de una organización se determina, en gran parte, por la cantidad de diferenciación horizontal, vertical y espacial que existe en ella. La complejidad se refiere al número de actividades, subunidades o subsistemas dentro de la organización. Se tiende a correlacionar la complejidad con el tamaño organizativo, aunque no tenga necesariamente que ser así. Existen algunas empresas pequeñas que pueden llegar a ser muy complejas: un pequeño despacho de abogados puede tener tareas muy especializadas y una jerarquía clara y marcadamente diferenciada.
Por tanto, aunque se relacione el tamaño con la complejidad, no siempre es así. Lo que sí está claro es que, mientras crezca la complejidad de una empresa, también crecerá la necesidad de mecanismos de coordinación y enlace entre sus diferentes partes. El diseño y la construcción de estos mecanismos se conocen como integración.
5. El proceso de diferenciación en una organización también apunta a la necesidad de integrar a los grupos, sus actividades y tareas para formar un todo coordinado. Y la integración es el proceso de coordinación de las diferentes partes de la organización.
Los mecanismos de integración están diseñados para conseguir unidad entre los individuos y los grupos de varios puestos de trabajo, departamentos y divisiones, en la consecución de las tareas y metas organizacionales.
La responsabilidad principal de esta actividad de coordinación es de las personas que componen los puestos de dirección. De hecho, la coordinación e integración de las actividades de la organización forman parte de las funciones propias de la Dirección, como la toma de decisiones y el establecimiento de políticas.
6. Las conexiones verticales se utilizan para integrar las actividades a través de la cadena de mando de la organización. Las reglas y procedimientos, los planes y cronogramas, la adición de posiciones a la estructura de la organización y los sistemas de gestión de la información son algunos de los dispositivos estructurales que pueden utilizarse para llevar a cabo la conexión vertical. Las líneas verticales en un organigrama indican las líneas de referencia jerárquica en una organización. Estas sirven como guía para establecer responsabilidades (hacia arriba) y para delegar tareas (hacia abajo).
7. La comunicación y coordinación necesarias para conectar los puestos de trabajo a través de los departamentos de una organización se consiguen por medio de mecanismos de integración horizontal. Cuanto más compleja es una organización, mayor es la necesidad de mecanismos de integración horizontal.
8. La forma más eficaz de integración horizontal es la creación de equipos interdisciplinarios. Estos traspasan las fronteras de la estructura organizacional para constituirse en nuevas entidades para la toma de decisiones.
Influencias actuales en el diseño organizacional
La aproximación tradicional al diseño organizacional se ha hecho sobre la base de las dimensiones básicas del diseño y de las variables contextuales. Sin embargo, en la actualidad existen una serie de factores que han llevado a directivos y académicos a considerar nuevas formas de diseñar organizaciones más flexibles y capaces de responder a las necesidades de sus clientes. Entre estos factores se encuentran:
• La globalización de los mercados.
• Los impresionantes y cada vez más rápidos cambios en la tecnología de la información.
• La reducción en los ciclos de vida dentro de la organización.
Ciclos de vida dentro de la organización
Son los diferentes estadios por lo que atraviesa una compañía desde su nacimiento hasta su muerte. Como una entidad dinámica, después de su nacimiento, la empresa pasa por las etapas de crecimiento, madurez y declive. Solo algunas organizaciones, después de pasar por la fase de declive, logran revivir. Esto sucede no solo para la organización como un todo, sino también para sus diferentes unidades de negocio. Las que están basadas en productos están experimentando ciclos de vida más cortos, debido a los avances en la tecnología y el diseño de productos. Estos ciclos de vida más cortos aportan flexibilidad y capacidad de respuesta a la organización frente a las demandas y cambios en el exterior.
Las organizaciones, o subunidades dentro de ellas, suelen nacer con una estructura simple e informal que, al crecer, se transforma, conduciendo la estructura hacia la especialización, formalización, estandarización y mayores niveles de complejidad.
Roles estructurales para los directivos de hoy
El rol de los directivos como arquitectos organizacionales exige una profunda comprensión de los procesos de organización. La necesidad de dar respuesta a las exigencias de eficiencia, calidad y altos niveles de satisfacción de los clientes requiere una delicada combinación de visión a largo plazo con la máxima flexibilidad y una rápida capacidad de respuesta.
Una de las funciones de la estructura organizacional es contribuir a la definición de esos roles, con la esperanza de contribuir a la exitosa atención de esas demandas actuales, aparentemente conflictivas, de eficienciay personalización de la oferta.
Horton ofrece una descripción de los roles estructurales de los directivos de hoy versus los roles de los directivos del futuro como se muestra en la siguiente tabla.
Diseño organizacional y conducta de los empleados
Las organizaciones son complejos sistemas sociales compuestos por numerosos elementos interrelacionados. Los directivos que diseñan, desarrollan y mejoran compañías deben tener una amplia noción de la relación entre las diferentes estructuras organizacionales y el desempeño y satisfacción de los empleados que trabajan en ellas. La adecuada comprensión de la relación entre el puesto de trabajo y el departamento al que pertenece y los otros puestos y departamentos de la organización contribuye a un mejor desempeño de las tareas de los empleados. De hecho, entender a la organización en su totalidad permite a los trabajadores una mejor visualización de su particular contribución a la misión global de la misma. (Horton, 1991)
La estructura puede tener efectos significativos en sus miembros. Obviamente, debido a la gran diversidad de personas que trabajan en las organizaciones, no todos los trabajadores encajan de la misma forma en las diferentes configuraciones estructurales. Por ejemplo, no todo el mundo lleva bien la flexibilidad y el amplio grado de libertad de las estructuras orgánicas. Algunas personas están más satisfechas y son más productivas cuando sus actividades están estandarizadas y no hay lugar a la ambigüedad (como en las estructuras mecanicistas).
Es decir, hay personas que encajan mejor en estructuras simples, otras se desempeñan mejor en burocracias profesionales y otras resultan más productivas trabajando en equipo. Las estructuras organizacionales no son independientes de las personas que trabajan en ellas. Por tanto, la evaluación de los efectos de la estructura organizacional en la conducta de los empleados no puede llevarse a cabo sin considerar las diferencias individuales. Un hallazgo de numerosas investigaciones es que la especialización en el trabajo tiene como efecto una mayor productividad, pero, eso sí, influye negativamente en la satisfacción en el trabajo. Por supuesto, esta evidencia debe interpretarse con cuidado, sabiendo que su validez es relativa si no se toman en cuenta las diferencias individuales y el tipo de actividad en cuestión. (Toro, 2017)
Asimismo, existe una porción de la fuerza laboral que prefiere trabajos altamente especializados, con un alto componente repetitivo y muy rutinario. Son personas que optan por una actividad que requiere un mínimo esfuerzo intelectual. Para estos individuos, la alta especialización en el trabajo es una fuente de satisfacción laboral. La relación entre el grado de centralización y la satisfacción laboral también ha sido estudiada. Las investigaciones muestran resultados consistentes que relacionan un bajo nivel de centralización y una mayor participación en los procesos de toma de decisiones. Y existe una correlación positiva entre una toma de decisiones participativa y la satisfacción laboral. De nuevo, sin olvidar las diferencias individuales. Por ejemplo, existe una relación entre los niveles de autoestima de los empleados y la satisfacción con el grado de centralización en la organización. Así, niveles bajos de autoestima se correlacionan con niveles altos de centralización, lo que se explica porque los individuos con menor confianza en sus habilidades se sienten más cómodos con una toma de decisiones compartida.
La conclusión es que factores individuales como la personalidad de los empleados, su experiencia y la tarea en cuestión deben considerarse a la hora evaluar los niveles de desempeño y el grado de satisfacción dentro de la organización. Y a esto hay que añadir el componente cultural (el perfil cultural de los empleados marcará ciertas preferencias hacia determinadas configuraciones estructurales). Individuos que operan dentro de entornos culturales caracterizados por una baja distancia de poder se sentirán más cómodos en organizaciones flexibles, descentralizadas, con poca estandarización y baja formalización. Resulta, por tanto, indispensable considerar las diferencias culturales junto con las diferencias individuales a la hora de diseñar la estructura organizacional de la compañía.
Referencias:
Stanford, N. Guía de Diseño Organizacional. Creación de empresas de alto rendimiento y adaptables. Londres: The Economist & Prole Books, 2007.
Nelson, D. y Campbell, J. Comportamiento organizacional. Fundamentos, realidades y desafíos. West Publishing Company, 1997.
Lawrance, P. y Lorsch, J. Organización y Medio Ambiente: Gestionando la Diferenciación e Integración. Boston: Harvard University Press, 1967.
Horton, T. R. “Los roles estructurales de los gerentes hoy frente a los gerentes del futuro”. Revisión de gestión, 1991.
Toro Dupouy, L, Harvard Deusto Business Review, 2017.