Hace una década, Harvard sorprendió a sus estudiantes con una asignatura peculiar "¿Cómo construir la felicidad?" La materia interesó primero a cuatro alumnos y un año después se inscribieron más de 500 personas, récord para una clase en esa institución.
Más allá de la filosofía, este concepto tiene eco en la vida laboral. Que las empresas se involucren en entender qué motiva a sus empleados y cómo se relaciona con la productividad, refleja su interés en fomentar ese sentimiento entre sus colaboradores, aseguró Margarita Álvarez, directora de marketing y comunicación de Adecco, España.
En escenarios de recesión económica y desempleo la felicidad adquiere mayor importancia, ya que la gente está ávida de vivir este sentimiento. "Como profesionista quiere sentir que es posible salir adelante", dijo la experta. "La situación es tan difícil afuera que lo único que quiere la gente es llegar a un entorno amable, y eso incluye los lugares de trabajo".
Hay circunstancias externas que determinan la felicidad. El 50% se debe a su genética, 10% al entorno y 40% a cómo afronta la persona las cosas que le ocurren, según estudios de la Universidad de California. Muchas empresas que promueven la motivación de los empleados entienden que es una herramienta valiosa para mejorar sus estados financieros.
"Se ha demostrado que el cerebro está mejor preparado para trabajar en un estado positivo. Se encuentran soluciones a problemas más rápido, y la gente aguanta mejor el drama y el estrés en la empresa", dijo Margarita Álvarez. De acuerdo con una encuesta de Regus aplicada a 26,000 profesionistas de 90 países, los mexicanos tienen mayor puntuación respecto al disfrute de su trabajo, aun por encima de países desarrollados. El país obtuvo 149 puntos de un promedio mundial de 120.
A partir de estudios realizados por Adecco que vinculan felicidad con productividad, la directora sugiere estas acciones para desarrollar un sentimiento positivo respecto al trabajo:
1. Dejar huella. Ser feliz o estar satisfecho es un estado que se debe practicar, no se llega a él por arte de magia. Crear un sentido de pertenencia hacia la labor desempeñada ayuda a sentirse contento en el trabajo, pues es importante tener la convicción de que con determinada actividad se cumple un propósito, y no con la inercia de sentirse obligado a realizar una labor. Aunque el sueldo es una de las principales razones por las que las personas suelen argumentar un cambio de trabajo, está comprobado que ese factor no garantiza a un empleado contento. La satisfacción del aumento salarial dura de dos a tres meses, después el efecto termina.
2. Crear entornos positivos. Una persona necesita el contacto con amigos y familia para sentirse satisfecha. En ese sentido, un reto para el empleado es buscar las actividades extralaborales y en su trabajo que le proporcionen ese balance personal. Las empresas, por su parte, necesitan entender qué acciones proveen al empleado ese estado de satisfacción. Algo básico: "hay organizaciones que ‘demonizan' la máquina de café, cuando en realidad cumple un objetivo que es de socialización", ejemplifica Margarita Álvarez.
3. Ser realista. Es común escuchar a empleados que expresan "tengo el peor trabajo del mundo, por qué yo". Si bien algunas experiencias laborales son menos gratificantes, se tiene un empleo. Hay que plantearse, desde un ángulo personal, qué objetivos y tareas conducirían a un estado de mayor satisfacción profesional. No se puede delegar esa tarea a los jefes. "Estamos en una etapa en que no se puede responsabilizar de todo lo malo o del poco desarrollo a las empresas. Ningún jefe vendrá a decir cómo ser feliz", esa decisión y planificar el crecimiento es individual, expresa la directora de Adecco
4. ¿Qué incentiva a la gente? Entender cuál es la motivación de un empleado no cuesta caro, pero requiere destinar tiempo a escuchar y, como jefe, aguantar comentarios que no agradarán. Hay que detectar qué del trabajo hace ‘vibrar' y a partir de ello crear motivadores personalizados para establecer un estado de compromiso. Un gran número de empleados, dice Álvarez, están en la fase de ‘despido interior', es decir, no sienten ningún lazo con lo que hacen, mucho menos a la empresa. Es quien dice "no menciones ese tema que me recuerda al trabajo y me pone mal". Para transformar esta situación, los jefes deben estar más atentos en aquello que incentiva a la persona. Una renuncia se vincula la mayoría de veces a los superiores, y no al lugar de trabajo. Estar contento en el trabajo no es sinónimo de tarde de viernes libre, o jueves de ideas creativas, es que la gente se sienta satisfecha con la labor para la cual fue contratado. Implica encontrar un sentido y un reconocimiento por lo que se hace.
5. Trabajar en la vocación. El reto personal es encontrar en qué parte de las diversas actividades que se cumplen hay algo que se asocie con la vocación personal y ‘engancharse' a ello para permanecer y crecer en el empleo. Para ello es importante elaborar objetivos: cuando la persona tiene claro qué quiere y por qué, la satisfacción comienza a surgir. Adecco le pide a sus empleados que describan tres aspectos gratificantes de su trabajo. Ese ejercicio puede convertirse en una rutina personal para sacar puntos optimistas de la labor realizada.
Tomado de: cnnexpansion