El aprendizaje abusivo y su afectación en la salud mental
En la era moderna, la importancia de la salud mental en el ámbito laboral ha alcanzado una relevancia sin precedentes. A medida que más individuos enfrentan desafíos emocionales como la depresión, las empresas están asumiendo un papel fundamental en la promoción del bienestar psicológico de sus empleados.
Actualmente, el incidente ocurrido con una estudiante de medicina en su periodo de prácticas rurales, deja al descubierto una práctica nociva que se ha normalizado en ciertos sectores y en diferentes organizaciones.
Para algunas organizaciones se ha institucionalizado el mal trato para que un aprendiz, practicante o nuevo miembro del equipo “aprenda” el dificultar las labores, con palabras des obligantes, burlas o agresiones verbales para que “aprenda a trabajar bajo presión” es uno de los hábitos que debemos evitar dentro de las organizaciones, y son estas prácticas las que deben ser evitadas, cambiando esa cultura del aprendizaje abusivo.
Para el empleado, aprendiz o practicante que es víctima de este tipo de actitudes lleva a cuestionarse su capacidad de aprendizaje, su conocimiento, y sus habilidades para desempeñarse profesionalmente, muchas veces este tipo de ambientes promueven la depresión y la falta de compromiso con las tareas a desarrollar, sin embargo, la depresión más que simplemente sentirse triste, en este caso afecta profundamente el rendimiento laboral, la productividad y la calidad de vida del individuo. Los síntomas pueden variar desde sentimientos persistentes de tristeza y pérdida de interés en actividades cotidianas hasta dificultades para concentrarse, fatiga extrema y cambios en los patrones de sueño.
Rol del Empleador y la Cultura Organizacional
Crear un entorno de trabajo que apoye la salud mental y un ambiente laboral saludable, comienza con una cultura organizacional que valore el bienestar de los empleados. Las políticas claras que promuevan un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal. Capacitar a los gerentes y supervisores para reconocer los signos de este tipo de abuso y ofrecer recursos para el apoyo emocional esencial, establecer procedimientos que eviten el acoso verbal, y canales de comunicación que ayuden al afectado a realizar su denuncia, pero que también faciliten la intervención y sanción efectiva en este tipo de situaciones. Esto para hacer un manejo interno y adecuado de este tipo de afectaciones que según la normativa pueden tipificarse como un tipo de acoso y que de no ser gestionadas pueden generar sanciones para la organización.