El no saber comunicarnos puede dificultar la forma como interactuamos con otros miembros de la organización. El no poder expresarnos correctamente puede generar situaciones en donde no podamos tener la capacidad de delegar o manifestar inconformidad, o en tareas tan simples como transmitir una información.
La claridad con la que podamos comunicarnos, se ha vuelto una habilidad apreciada por las organizaciones y hace parte de las habilidades blandas que todo profesional debe desarrollar y poner en práctica.
La comunicación asertiva es entendida como la capacidad de expresarnos respetando la posición del otro, pero dejando clara nuestra posición y argumentos sin que sea un motivo de discusión con el otro, siendo claros y concretos, diciendo específicamente lo que queremos, para evitar caer en la malinterpretación de los demás.
Entre las ventajas de practicar la comunicación asertiva se encuentran, reducir los niveles de estrés, evitando sobrecargarnos con pensamientos, sobre ¿Qué queríamos decir? o ¿Cómo lo queríamos decir? También nos ayuda a mejorar nuestro punto de vista respetando el de los demás y estimula la habilidad de poder decir “no” en determinadas situaciones.
Para este tema Consultamos a Catalina Valencia, coach y embajadora del método “How to Fascinate” para Latinoamérica, y autora del método Tu palabra es tu poder. Para hablar de la importancia de practicar una comunicación asertiva no solo en el ámbito laboral, también el social y el familiar.
Legis Gestión Humana: ¿Por qué es importante la comunicación asertiva dentro de las organizaciones?
Catalina Valencia: No saber comunicarnos de manera asertiva puede hacer que puedas dañar todas tus relaciones
con tus colaboradores, con tus clientes, pero no solamente con ellos, también con tus amigos y con las personas que más amas.
Y si bien es cierto pasamos mucho tiempo dentro de la organización, el impacto que tiene en nuestras comunicaciones internamente lo que hacemos en nuestro trabajo también tendrá un impacto muy fuerte con nuestra familia y con nuestros amigos, pero sobre todo con el diálogo interno que tenemos dentro de nuestra cabeza cuando nos estamos machacando a nosotros mismos y también nos estamos comunicando de manera poco asertiva con quienes somos verdaderamente.
Si tú no te comunicas bien contigo mismo, no vas a tener la habilidad de poderte comunicar bien con los demás, y si no te comunicas bien con los demás, pues vas a hacerle la vida difícil a los otros para que puedan cumplir con sus tareas, para que puedan cumplir con sus metas.
Para que los objetivos de la organización se cumplan y se vivan los valores, las políticas y la razón por la que te contrataron y por la que estás allí.
Legis Gestión Humana: ¿Cómo identificar y practicar un buen feedback?
Catalina Valencia: Realmente el feedback es algo que debemos decir continuamente. Lo que pasa es que en culturas
como las nuestras, muy pocas veces nos atrevemos a comunicar y expresar lo que pensamos, sentimos y necesitamos, porque tenemos muchísimo miedo a que nos rechacen. Tenemos mucho miedo a caer mal, a ser juzgados, a ser comparados.
Tenemos mucho miedo a que simplemente porque elegimos algo nos rechacen y eso es algo supernatural en el ser humano.
A la gente no le gusta hacer sentir mal al otro y prefiere a veces hasta sentirse mal él mismo o ella misma, en lugar de darle un feedback a alguien. Entonces, de repente comienzan a ocurrir situaciones como por ejemplo que tienes colaboradores que no te están cumpliendo con el compromiso que te están haciendo y te están diciendo sí, ya lo voy a hacer y resulta que no llega.
Resulta que te encuentras con personas a las que les tienes que dar a veces feedback fuertes, como, por ejemplo, recuerdo una planta de una compañía multinacional en donde tenía una cantidad de personas a su cargo, una persona de uno de un estrato un poquito más humilde y tenían que decirle a la persona - “oye, es que hueles mal y a nadie le gusta eso”.
Entonces de alguna manera necesitas poder decirle a la gente, - “no estás cumpliendo con tu tarea o te estás comportando de manera agresiva, o estás maltratando al personal o no estás siendo directo a la hora de comunicar una instrucción y no estamos llegando a una meta”.
Hay cientos de ejemplos que podemos generar. A veces puedes dar un feedback, por ejemplo, a un jefe o a un colaborador diciéndole que no estás sintiéndote escuchado, que no te estás sintiendo valorado, que no te estás sintiendo, que le están poniendo las condiciones para poder alcanzar esas metas.
Y cuando no tenemos esos resultados que queremos, nosotros también tenemos que preguntarnos
qué es lo que yo he creado, provocado o permitido en mi comunicación.
LGH: ¿Cuál es la metodología “How to fascinate”?
Catalina Valencia: Tenemos varias metodologías la de How to Fascinate es una metodología que es para la que soy la representante para el mercado de habla hispana, que es espectacular y que habla acerca de nuestros lenguajes de comunicación.
Hay personas que hablan el lenguaje, la innovación o que son personas súper creativas. Hay personas que hablan el lenguaje de la pasión, que son personas que conectan fácilmente y empatizan con los otros.
Hay personas que hablan el lenguaje del poder, que son muy buenas dirigiendo. Hay personas que hablan el lenguaje del prestigio, que son buenísimos, que levantan el estándar. Hay personas que hablan el lenguaje de la confianza, que son personas que tienen esa habilidad de que todos lleguemos a la meta.
Hay personas que hablan el lenguaje de la mística, personas que quizás tienes que sacarle las palabritas como con tirabuzón y siempre tienen ellos una gran interrogante y al final de la reunión,
cuando no comparten y no comentan, tú dices ¿A qué vino? Nunca participa O de repente te hacen una pregunta, dices, pero ¿Por qué no la hizo el principio de la reunión?
Hay personas que hablan el lenguaje de la alerta, que son personas que están cuidando cada uno de los detalles sobre esa metodología. Podemos hablar muchísimo después y creo que tenemos un espacio lindísimo pronto, pero de la que te quiero hablar es la de tu palabra, es tu poder que se complementa muy bien con la otra.
¿Por qué? Porque resulta que cuando yo tengo la capacidad de entender que no todos hablamos de la misma manera, voy a tener la capacidad de empatizar mejor con el otro. Entonces, que
¿Qué necesito para poder tener una comunicación asertiva?
Primero, captar la atención de la persona que tengo enfrente, porque si yo no capto la atención en un mundo en donde estamos invadidos por bombardeos de comunicación y vivimos en plataformas
como Instagram, en donde estamos entrando a golpe de dedo, nuestro avance en la comunicación
y no otros, captan muchas cosas.
Para captar la atención de la persona primero tenemos que ser claros y segundo, tenemos que entender que no todo el mundo es igual que nosotros, entonces tenemos que empatizar con el otro y ponernos en los pies del otro, prepararnos para tener esa conversación.
¿Cuántas veces tú te preparas para esa conversación incómoda? ¿Cuántas veces te preparas para esa conversación difícil? Y por eso fue que en algún momento desarrollé esta herramienta que se llama Tú palabra es tu poder, que es una metodología que te dice que todos tenemos la forma de decir lo que tengas que decir.
Lo importante es saber cómo lo dices y lo que pasa. Y el problema más grande es que no encontramos las palabras correctas para comunicarnos.
Entonces dentro de ese tarrito están las palabras de sentimientos y necesidades. A nadie, a ninguno de nosotros nos enseñaron ni en el colegio, ni en la universidad, ni en ningún lugar, a encontrar las palabras sobre cómo nos sentimos y encontrar las palabras de lo que necesitamos. Y como somos unos ignorantes emocionales, muchas veces no sabemos cómo empatizar con el otro para poder ser efectivos y alcanzar las metas que nos proponemos.
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LGH: ¿Qué situaciones se han resuelto con este método?
Catalina Valencia: Recuerdo estaba una vez en una en un taller con la gente donde me dice una chica que su jefe es un misógino. ¡Wow! Y entonces los otros dicen ¿Cómo que mi jefe es un misógino? Y eso no es un hecho, es un juicio. Cuando comenzamos a indagar del por qué su jefe es un misógino, decía: - “Es que cada vez que yo hablo, el tipo levanta la computadora y comienza a escribir y no me mira”
Eso era lo que ella consideraba que era un misógino. Y entonces ahora necesitamos entender
cómo la hace sentir a ella. Ella ya la hacía sentir no escuchada, no comprendida, no valorada, y le generaba también cosas que no la dejaban dormir, porque puede que quede sin trabajo.
Cuando tú comienzas a entender ese ruidito interno y no te comunicas de manera asertiva en tu cabeza, ya no sabes sino quejarte. Entonces vas a la oficina de otra persona y le dices es que este jefe es un misógino, es que este tipo nunca te está prestando atención.
Pero no tienes la comunicación asertiva con la persona y no le dices a la persona, - yo necesito que usted me escuche, yo necesito recibir, sentir que estoy teniendo un propósito a la hora de comunicarle esto, yo necesito sentirme valorada. Porque no prefieres, preferimos salir y contárselo a otras personas.
Ese es el problema más grande y nuestro ruido interno no nos deja dormir, pero tampoco nos deja
levantarnos al día siguiente inspirados a cumplir con nuestro propósito y entonces ya no lo vivimos
con la misma gracia.
Entonces darte cuenta de que lo que necesitabas es ser escuchada y ser comprendida simplemente te da la posibilidad de comunicarte con ese jefe o que esa persona y decirle vea, cuando yo hable en la reunión, - Usted levanta la tapa de la computadora y usted me hace sentir que no estoy siendo escuchada y comprendida.
-Podría por favor comunicarme si ¿hay algo que lo está distrayendo? Después de que hicimos esa sesión en donde ella comenzó a descubrir sus sentimientos negativos y sus necesidades sobre las que ella podía actuar, pasó algo muy interesante. Ella se fue a hablar con el jefe y el jefe, ¿Sabes que le terminó contestando? Le dijo - Oye, lo que pasa es que siempre tienes comentarios tan aterrizados, tan concretos, tan innovadores, que tengo que tomar notas.
Lo que pasa es que esta persona era mística y era a esas personas a las que hay que sacarle las palabras con cucharita. ¿Cuántos problemas nos hubiéramos evitado en esta vida si nos hubiéramos atrevido a tener esa conversación? Si nos hubiéramos preparado para poder comunicar y expresar el hecho, lo que sentimos y lo que necesitamos.
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