Uso de la metodología GTD para mejorar tu productividad
El GTD es un método popular y efectivo para administrar el trabajo y el tiempo. Fue creado por David Allen, quien también recibió un bestseller en el año 2001 con su libro “Organízate con eficacia”. Este método para mejorar la productividad explica que una persona necesita liberar su mente de las tareas pendientes, guardándolas en un lugar específico y que no es necesario recordar en todo momento qué es lo que hay que hacer, para realmente gestionar organizadamente y correctamente cada tarea. De esta manera se consigue realizar todas las actividades sin agobios y de manera eficaz mediante listas de cosas a completar.
Así, los recientes descubrimientos en el campo de la ciencia cognitiva llegan a la conclusión de que cuando se utiliza la memoria como sistema de organización, como es costumbre, la mente acaba abrumada y se vuelve incompetente, porque se le exige que realice un trabajo intenso para el que no está debidamente equipada o
capaz de soportar. La mente es fantástica para tener ideas creativas sobre lo que tiene justo delante y ha de evaluar, pero es un desastre para recordar.
Tal como se ha venido mencionando, el GTD permite controlar adecuadamente las tareas y compromisos. El objetivo principal es que la persona sea capaz de sacar todo lo que tenga en la mente y saber ponerlo en el sistema operativo (software). Para conseguir este control se han de pasar por 5 etapas:
1. Recolección. Significa recoger todas las actividades que se necesita: realizar, dar seguimiento o recordar, y escribirlas en herramientas como carpetas electrónicas, archivos, correos y agendas, entre otros.
2. Procesamiento. Una vez se tienen las tareas separadas, se toman una a una para determinar de qué se tratan y las acciones que se pueden tomar al respecto: hacerlas, delegarlas o diferirlas. Si no se requiere de una acción pueden ser archivadas como referencia o desecharlas. De acuerdo con Allen, si una tarea requiere menos de dos minutos en su ejecución, hay que desarrollarla inmediatamente.
3. Organización. Con el fin de mantener un seguimiento de lo que debe ser desarrollado se recomienda clasificarlo en:
• Acciones principales: representa lo que requiere atención prioritaria para poder realizar una tarea completa. Es importante catalogar por qué medio se va a desarrollar (video conferencia, teléfono, oficina, e-mail, WhatsApp), incluyendo la fecha y horario específico.
• Proyectos: las tareas que requieren más de una acción son conocidas como proyectos. Deben ser revisadas periódicamente con el fin de garantizar su finalización.
• Referencia: tiene que ver con delegar acciones del proyecto. El seguimiento es fundamental con el ánimo de tomar medidas si no se cumple con los tiempos programados.
•Incubación: representa aquellas cosas que no tienen posibilidad de desarrollarse por ahora. Por ejemplo, un proyecto nuevo no contemplado en el presupuesto.
4. Revisión. Para asegurar el éxito del proceso GTD es necesario revisar las listas de acciones diariamente. Para ello Allen aconseja: clarificar, reunir y procesar todos los asuntos; revisar el calendario y actualizar la lista de acciones; ser creativo, analizar la lista de aquellos proyectos que se hayan activado y transferirlos a la lista para desarrollarlos. Hay que recodar, de igual manera, escoger las acciones según el orden en el que están contenidas en las listas. Para lograr el éxito del método se requiere que se revisen al menos semanalmente las acciones de mayor impacto.
5. Ejecución. Siempre es la parte más difícil por causas como la apatía o la ansiedad. Para combatirlas los remedios son sencillos. En el caso de la apatía, se evalúan las implicaciones de no hacer la actividad. Para la ansiedad, hay que determinar cuáles serán los pasos por tarea, así como enfocarse en un resultado exitoso. De acuerdo con Allen, los criterios para elegir las acciones de una actividad son:
• Contexto: significa ¿qué puedo hacer dónde estoy?
• Tiempo disponible: responder a ¿cuánto tiempo tengo?
• Recursos: interiorizar sobre ¿cuánta energía tengo?
• Prioridad: ser objetivo y honesto con respecto a ¿cuál es el valor que obtengo si en vez de hacer esto hago otra cosa?
Al poner en práctica este método se estará menos predispuesto a sobre dimensionar las diferentes actividades, ejecutar aquellas que no ofrecen valor o sentir demasiada ansiedad por no tener el control del trabajo.
PERPECTIVA
Para ser productivos, aparte de tener buena sensación de control, también se ha de revisar la perspectiva, con el fin de saber que lo que estamos haciendo va en dirección adecuada. David Allen define 6 niveles:
- Acciones: Cualquier tarea que se pueda hacer en un mismo momento o sitio o una sola vez, hay que hacerlo.
- Proyectos: Es cualquier tarea que necesite más de una acción para poder terminarla.
- Áreas de enfoque y responsabilidad: Aquí se define con qué estamos comprometidos en cada momento.
- Metas y objetivos: Se define dónde y cómo queremos llegar a nuestro objetivo. Es importante que los objetivos y metas estén vinculados a nuestra visión.
- Visión: Sirve para tener claro qué encaja y qué no en nuestra vida, además de saber qué queremos en nuestra vida a largo plazo.
- Propósito y principios: El propósito es saber por qué hacemos lo que hacemos. Los principios son los comportamientos que nos rigen y los valores que queremos respetar.
PLANIFICACIÓN
El primer paso de la planificación es definir el resultado esperado. Es importante definir el propósito y visualizar el resultado que queremos conseguir. Para poder llevar a cabo una buena planificación, es necesario incorporar a nuestra rutina tres tipos de revisiones:
- Revisión diaria: Una vez al día mínimo se ha de hacer una revisión y analizar las tareas que podemos hacer nosotros hoy mismo o en breve. Se revisarán las tareas y la agenda o calendario.
- Revisión semanal: Una vez a la semana mínimo. Esta revisión sirve para mantener la fiabilidad del sistema. Se revisará el calendario, seguimiento de las tareas, lista de proyectos, entre otras.
- Revisión general: De forma periódica se hará una revisión general del sistema, donde se comprobará que seguimos alineados con los objetivos anteriormente planteados.
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